Mi típico resumen anual. . .
Me encanta pasearme nuevamente por mis recuerdos leyendo, reviviendo.
Esta vez recibí el 2018 antes, con otro huso horario.
Una navidad totalmente diferente, un invierno ni tan frío.
Ah por fin conocí la nieve y no me refiero a la típica poodle blanca y chillona del vecino.
Quizas después de haberla deseado tanto, la sentí de siempre.
Ok seguiamos en la despedida del 2017, emocionante y ansiosa, quería que ya llegara para cumplir todas mis metas.
El trabajo. . . bastante agobiante, típico, las cosas para ayer y así.
A tomarlo distinto no como un shot de tequila, rápido sin disfrute, sino más bien como una delicioso frappé de parchita, maracuyá o fruta de la pasión, a sorbo, con buena vista, donde el protagonista no es el frappé (trabajo) sino la maravillosa vista (vida) que pasa por nuestros ojos.
Mientras exista oferta de trabajo, variedad, estabilidad, que el trabajo no sea tu prioridad, no vivas para trabajar, trabaja para vivir.
Bueno llegó el 2018 en la plaza, con ellos llegó más trabajo y mi familia <3 bueno siete meses después.
Estaba tranquila porque tenía la certeza que llegarían, no sabía cuando pero la certeza.
Mi vida ha dado un giro de de 359º, lo suficiente para no quedar igual a mi punto de apertura.
Con otra vista, otros sentimientos, otra madurez.
Poco a poco Venezuela va cerrando la Santa María para mi, cada vez más lejana, pero en el fondo duele, (Típico despecho pos relación donde no se te fue recompensado lo que diste) en fin, están sanando esas heridas.
Estoy a 22 de agosto, próximo a mis 25, a comenzar de nuevo a trabajar, luego de un maravilloso y merecido mes de vacaciones.
Este año será el mejor de mi vida, espero comprobarlo cuando me lea de nuevo.
Sigo con sueños, con metas, en un país donde es mucho más fácil concretarlos.
Y sigo tan enamorada de BARCELONA como el primer día.
Esta vez recibí el 2018 antes, con otro huso horario.
Una navidad totalmente diferente, un invierno ni tan frío.
Ah por fin conocí la nieve y no me refiero a la típica poodle blanca y chillona del vecino.
Quizas después de haberla deseado tanto, la sentí de siempre.
Ok seguiamos en la despedida del 2017, emocionante y ansiosa, quería que ya llegara para cumplir todas mis metas.
El trabajo. . . bastante agobiante, típico, las cosas para ayer y así.
A tomarlo distinto no como un shot de tequila, rápido sin disfrute, sino más bien como una delicioso frappé de parchita, maracuyá o fruta de la pasión, a sorbo, con buena vista, donde el protagonista no es el frappé (trabajo) sino la maravillosa vista (vida) que pasa por nuestros ojos.
Mientras exista oferta de trabajo, variedad, estabilidad, que el trabajo no sea tu prioridad, no vivas para trabajar, trabaja para vivir.
Bueno llegó el 2018 en la plaza, con ellos llegó más trabajo y mi familia <3 bueno siete meses después.
Estaba tranquila porque tenía la certeza que llegarían, no sabía cuando pero la certeza.
Mi vida ha dado un giro de de 359º, lo suficiente para no quedar igual a mi punto de apertura.
Con otra vista, otros sentimientos, otra madurez.
Poco a poco Venezuela va cerrando la Santa María para mi, cada vez más lejana, pero en el fondo duele, (Típico despecho pos relación donde no se te fue recompensado lo que diste) en fin, están sanando esas heridas.
Estoy a 22 de agosto, próximo a mis 25, a comenzar de nuevo a trabajar, luego de un maravilloso y merecido mes de vacaciones.
Este año será el mejor de mi vida, espero comprobarlo cuando me lea de nuevo.
Sigo con sueños, con metas, en un país donde es mucho más fácil concretarlos.
Y sigo tan enamorada de BARCELONA como el primer día.
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